Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Mutilación Genital Femenina (MGF) se define como “todas aquellas prácticas que implican la extirpación total o parcial de los genitales externos femeninos u otras lesiones a los órganos genitales, ya sea por motivos culturales, religiosos o por cualquier otra razón no terapéutica”.

Tipos de Mutilación Genital Femenina

La Organización Mundial de la Salud clasifica cuatro tipos de mutilación:

  • Clitoridectomía: Resección parcial o total del clítoris (órgano pequeño, sensible y eréctil de los genitales femeninos) y, en casos muy infrecuentes, solo del prepucio (pliegue de piel que rodea el clítoris).
  • Excisión: Resección parcial o total del clítoris y los labios menores, con o sin escisión de los labios mayores.
  • Infibulación: Estrechamiento de la abertura vaginal para crear un sello mediante el corte y la recolocación de los labios menores o mayores, con o sin resección del clítoris.
  • Otros: Todos los demás procedimientos lesivos de los genitales externos con fines no médicos, tales como la perforación, incisión, raspado o cauterización de la zona genital.

 

La MGF es una violación de derechos humanos y una expresión de la desigualdad de género que afecta a niñas y mujeres. Generalmente, se lleva a cabo en algún momento entre el nacimiento de la niña y la edad de 15 años. Sin embargo, de forma ocasional se practica también en mujeres adultas, pudiendo coincidir, por ejemplo, con el momento del matrimonio o incluso después de dar a luz.

Según la Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay unos 200 millones de mujeres que han sufrido la MGF y más de 3 millones de niñas corren el riesgo de ser sometidas a esta práctica cada año. 

La mayor parte de estos casos se dan en 30 países, de los que 22 se encuentran en el continente africano, Oriente Medio y algunas zonas de Asia. Y por efecto de las migraciones, en Europa, EEUU, Canadá, Australia, Nueva Zelanda o cualquier otra zona geográfica de destino. Pero no en todos los países hay el mismo grado de prevalencia, ni en cada país prevalente toda la población la realiza, y si lo hace, no de la misma forma. Por ejemplo en Kenia lo practican etnias concretas y no toda su población.

La tasa de MGF está incrementando a la vez que crece la población mundial. Si la tasa de MGF continúa aumentando, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) estima que 68 millones de niñas serán afectadas por esta práctica entre 2015 y 2030.

Todos los tipos de mutilación genital femenina tienen consecuencias negativas, tanto físicas como emocionales, pero según cual sea y las condiciones en las que se realice, su gravedad varía.

 Algunas de las consecuencias son:

  • Dolor, hemorragia, infección, tétanos, daño a órganos cercanos. 
  • Riesgo de muerte.
  • Dificultad para orinar, infecciones urinarias y ginecológicas
  • Infecciones transmitidas por vía sanguínea o sexual como hepatitis y VIH
  • Queloides y fibrosis
  • Dolor durante las relaciones sexuales y/o ausencia de sensación placentera. 

Las consecuencias psicológicas (miedo, pánico, vergüenza, depresión y ansiedad) suelen estar más ocultas y, por lo tanto, poco o nada tratadas, y sin embargo pueden durar más que las físicas y perjudicar más la vida de las mujeres. 

El embarazo y el parto también se pueden ver gravemente afectados por las consecuencias de algunas MGF. Por ejemplo, con desgarros o fístulas si el canal del parto es muy estrecho, lo que puede obligar a cesáreas. La mortalidad perinatal y materna aumenta al prolongarse el tiempo de expulsión del bebé si antes no se ha abierto quirúrgicamente.

Los motivos por los que se práctica la MGF son muy variados, pero en todos existe el factor común del control del cuerpo y la sexualidad de las niñas y mujeres. Algunos de estos motivos son: 

  • Motivos sociales: es una forma de iniciar a las niñas en la vida adulta. Si la niña no está “cortada” puede ocurrir que nadie se quiera casar con ella o que la sociedad la rechace. 
  • Motivos en defensa de la tradición: para reafirmarse en la comunidad y no perder los rasgos identitarios. 
  • Motivos sexuales. El control de la sexualidad femenina es recurrente, para eliminar su deseo sexual, garantizar la virginidad y la fidelidad y limitar la sexualidad de la mujer al servicio de la del hombre. 
  • Motivos relacionados con la salud: en algunas etnias hay la creencia de que las mujeres “cortadas” son más fértiles y que el corte mejora el parto.
  • Motivos relacionados con la belleza, la higiene, la pureza. Se asocia con la idea de purificación debido a que se piensa que los genitales son algo feo, sucio y que, por lo tanto, una mujer cortada es una mujer más pura y limpia.

Ninguna religión avala la MGF y es practicada tanto por musulmanes, cristianos y judíos aunque la mayoría de las comunidades practicantes son musulmanas. Se trata de una práctica cultural que, con el tiempo, se ha convertido en una tradición. 

Es un fenómeno global que está prohibido en 44 países. No obstante, se sigue practicando en la clandestinidad y algunas comunidades evitan las repercusiones legales al participar en la MGF transfronteriza, un tipo de práctica donde se traslada a las niñas que viven en un país donde la tradición está prohibida a otro país donde no es ilegal.

La mutilación genital femenina está directamente relacionada con el matrimonio forzado ya que la mayoría de las niñas mutiladas se las considera preparadas para casarse, independientemente de su edad o su deseo personal.