Mutilación genital femenina.

La ablación de clítoris o mutilación genital femenina es la eliminación de tejido de cualquier parte de los genitales femeninos por razones culturales, religiosas o cualquier otra sin fundamento médico.

La pérdida casi total de sensibilidad es la principal consecuencia para las afectadas, con el añadido trauma psicológico. Hay mujeres que mueren desangradas o por infección en las semanas posteriores a la intervención, ya que se realiza casi siempre de manera rudimentaria, a cargo de curanderas o mujeres mayores, y con herramientas no muy ortodoxas como cristales, cuchillos o cuchillas de afeitar.

La ablación es una práctica tradicional y sus practicantes creen que potencia la belleza, el honor, las posibilidades de matrimonio, el estatus social y la castidad de una chica. Los padres fomentan la mutilación creyendo que así protegen el honor de la familia y los intereses de sus hijas. Según la Organización Mundial de la Salud, se calcula que en el mundo hay entre 100 y 140 millones de mujeres y niñas que sufren las consecuencias de la mutilación genital.

Matrimonios forzados.

El matrimonia prematuro se refiere a cualquier matrimonio de un niño o niña menor de 18 años. Las niñas son las principales víctimas.

Explotación infantil.

Es un fenómeno extendido y social y culturalmente aceptado en muchas partes del mundo.

Prostitución infantil

La pobreza de gran parte de los países africanos hace que muchas niñas ni siquiera vayan al colegio. La falta de educación les lleva a asumir responsabilidades que no deberían tener. No juegan, sino que buscan formas de ganar dinero para ayudar en casa. Esto le hace entrar en contacto con la prostitución. El mercado de la prostitución intenta captar a chicas cada vez más jóvenes que aún no se hayan contagiado con el SIDA.