¿Qué es la Mutilación Genital Femenina?

La mutilación genital femenina (MGF) se define como cualquier práctica que involucre la alteración o daño a los genitales femeninos por razones no médicas. Este acto es reconocido internacionalmente como una violación grave de los derechos humanos y es una manifestación de desigualdad de género. Generalmente se realiza en algún momento entre el nacimiento y los 15 años de edad. Sin embargo, ocasionalmente también se practica en mujeres adultas, pudiendo coincidir con eventos significativos como el matrimonio o incluso después del parto.

La Organización Mundial de la Salud clasifica la mutilación genital femenina en cuatro tipos principales

  1. Clitoridectomía: La resección parcial o total del clítoris.
  2. Excisión: La eliminación del clítoris y los labios menores, con o sin los labios mayores.
  3. Infibulación: Estrechamiento de la abertura vaginal mediante la creación de un sello.
  4. Otros tipos: Incluye procedimientos como perforación, incisión, raspado o cauterización.

Desde Save a Girl Save a Generation hemos detectado que existen subtipos y variedades dentro de los cuatro tipos principales de mutilación genital femenina.

Tipo I o Clitoridectomía: Corte parcial o total de la parte visible del clítoris y/o del prepucio.

  • Tipo Ia: Descapuchamiento del prepucio/quitar el capuchón del clítoris
  • Tipo Ib: Corte parcial o total de la parte visible del clítoris con el prepucio

Tipo II o Excisión: Corte parcial o total de la parte visible del clítoris y de los labios menores con o sin el corte de los labios mayores.

  • Tipo IIa: Corte de los labios menores solamente
  • Tipo IIb: Corte parcial o total de la parte visible del clítoris y de los labios menores
  • Tipo IIc: Corte parcial o total de la parte visible del clítoris, de los labios menores y de los labios mayores.

Tipo III o Infibulación: Estrechamiento del orificio vaginal cortando y juntando los labios menores y/o los labios mayores para crear un tipo de sello, con o sin corte parcial o total de la parte visible del clítoris. En la mayoría de los casos, los bordes cortados de los labios se unen entre sí, lo que se denomina «infibulación». Este tipo es conocido a veces como «Faraónica», y su nombre viene de la palabra latina «infibulare» («sujetar con un broche»).

  • Tipo IIIa: Corte de los labios menores con o sin el corte parcial o total de la parte visible del clítoris.

  • Tipo IIIb: Corte y colocación de los labios mayores con o sin el corte parcial o total de la parte visible del clítoris.

  • Tipo IIIc: Estrechamiento de la abertura vaginal mediante la creación de un sello

  • Tipo III d: Reinfubilacion (Efecto Cremallera/ The Zip Effect): La reinfibulación consiste en volver a cerrar quirúrgicamente la apertura vaginal de una mujer que había sido cerrada antes mediante infibulación. Esto ocurre generalmente después de que la mujer ha tenido un parto, durante el cual se abre la sutura previa para permitir el nacimiento, y luego, en algunos casos, se realiza nuevamente la sutura para volver a cerrar la abertura

Consecuencias para la salud

 

Todos los tipos de mutilación genital femenina tienen consecuencias negativas, tanto físicas como emocionales, pero según cual sea y las condiciones en las que se realice, su gravedad varía. Algunas de las consecuencias son;

 

Consecuencias físicas

  • Dolor y hemorragia: Intenso dolor y sangrado significativo durante y después del procedimiento.
  • Infecciones: Riesgo elevado de tétanos, sepsis y otras infecciones debido a condiciones no estériles.
  • Complicaciones reproductivas: Dificultades en el parto, como desgarros y necesidad de cesáreas, que pueden aumentar la mortalidad perinatal.

Consecuencias emocionales

  • Trauma psicológico: Estrés postraumático, ansiedad y depresión son comunes entre las sobrevivientes.
  • Problemas de relaciones: El dolor y la cicatrización pueden hacer que las relaciones sexuales sean difíciles, afectando las relaciones íntimas.

Consecuencias a largo plazo

  • Salud crónica: Problemas como quistes y queloides.
  • Cirugías adicionales: Algunas formas de mutilación, como la infibulación, pueden requerir más intervenciones quirúrgicas

Prevalencia Global

Más de 230 millones de niñas y mujeres viven con las consecuencias de la mutilación genital femenina, y esta práctica está presente en al menos 92 países alrededor del mundo. No obstante, según los últimos informes de UNICEF, existe una concentración importante en ciertas regiones, particularmente en el continente africano, Oriente Medio y en algunos países de Asia, aunque su prevalencia varía enormemente de un país a otro.

En el contienente  africano destacamos:

Somalia: Aproximadamente el 98% de las mujeres y niñas han sido sometidas a alguna forma de mutilación genital femenina , predominando la infibulación, la forma más extrema de la práctica.
Guinea Conarky: Presenta una prevalencia extremadamente alta, con alrededor del 97% de mujeres y niñas afectadas, casi universal a pesar de esfuerzos legales y comunitarios para erradicarla.
Djibouti: Similar a Somalia, muestra altas tasas de prevalencia con más del 93% de mujeres y niñas sometidas a mutilación genital femenina .
Egipto: A pesar de esfuerzos significativos por reducir la mutilación genital femenina a través de campañas educativas y cambios legislativos, mantiene una alta prevalencia, con aproximadamente el 87% de mujeres y niñas afectadas.

En Asia hacemos hincapié en:

Indonesia: La prevalencia es del 49.2% entre niñas de 0 a 11 años, con predominio de los tipos I y IV de MGF.
Maldivas: Una encuesta muestra que cerca del 13% de mujeres y niñas entre 15 y 49 años han sido sometidas a mutilación genital femenina..
Malasia: Se estima que entre el 83-85% de las bebés musulmanas han sido sometidas a mutilación genital femenina.
Brunei Darussalam: El gobierno ha confirmado la práctica del tipo I de mutilación genital femenina, ampliamente realizada dentro de la comunidad malaya.
India y Pakistán: La comunidad bohra practica la MGF, con una alta prevalencia estimada del 75% en India.

En Medio Oriente resaltamos países como;

Yemen: La prevalencia es del 18.5%, con la práctica extendiéndose por todo el país.
Irak: Concentrada principalmente en la región del Kurdistán, con una prevalencia del 7.3%.
Omán: Estudios indican una alta prevalencia, con un 95.5% en ciertas provincias.

En América del Sur ponemos el foco en la comunidad embera:

Colombia: La mutilación genital femenina también está presente entre la comunidad indígena Emberá, tradicionalmente practicada en recién nacidas.En América del Norte destacamos la existencia de la práctica en comunidades conservadoras:

Estados Unidos y Canadá: La práctica se ha identificado entre comunidades cristianas muy conservadoras. La existencia de esta práctica no es exclusiva debido a la migración sino que ya tenía lugar entre las personas autóctonas del país.

Justificación

Los motivos por los que se practica la mutilación genital femenina son muy variados, pero en todos existe el factor común del control del cuerpo y la sexualidad de las niñas y mujeres. Algunos de estos motivos son:

  • Motivos sociales: es una forma de iniciar a las niñas en la vida adulta. Si la niña no está “cortada” puede ocurrir que nadie se quiera casar con ella o que la sociedad la rechace.
  • Motivos en defensa de la tradición: para reafirmarse en la comunidad y no perder los rasgos identitarios.
  • Motivos sexuales: El control de la sexualidad femenina es recurrente, para eliminar su deseo sexual, garantizar la virginidad y la fidelidad y limitar la sexualidad de la mujer al servicio de la del hombre.
  • Motivos relacionados con la salud: en algunas etnias hay la creencia de que las mujeres “cortadas” son más fértiles y que el corte mejora el parto.
  • Motivos relacionados con la belleza, la higiene, la pureza: Se asocia con la idea de purificación debido a que se piensa que los genitales son algo feo, sucio y que, por lo tanto, una mujer cortada es una mujer más pura y limpia.

Ninguna religión avala la mutilación genital femenina y es practicada tanto por musulmanes, cristianos y judíos aunque la mayoría de las comunidades practicantes son musulmanas. Se trata de una práctica cultural que, con el tiempo, se ha convertido en una tradición.